lunes, 12 de noviembre de 2012

Unidad 1: Sensibilización a la escritura



La escritura es un lenguaje, creado por el hombre, para comunicar ideas por medio
de signos convencionales y visibles que traspasan el tiempo y el espacio. Es un
sistema de comunicación independiente que se debe aprender, por ello, el proceso
de adquisición del código escrito es complejo y requiere desarrollar habilidades
propias de la escritura para poder comunicarse. Desde esta perspectiva, la
escritura reestructura la conciencia, como dice Ong, porque es un proceso propio del pensamiento. Es una actividad compleja que no podemos semejarla sólo con la
redacción, sino ante todo entenderla como un proceso cognitivo. Vásquez
Rodríguez (2000) afirma que escribir “es poner a fuera nuestro pensamiento”, es
“exponer nuestro yo”, en otras palabras, es hacer evidente nuestra subjetividad,
pues la escritura refleja las estructuras de pensamiento que poseemos y a través
de ella es posible reconocernos.

Ahora bien, escribir textos argumentativos en la universidad implica que el
estudiante pase de la mera opinión a explicitar una postura soportada por hechos,
razones, pruebas que avalen, apoyen o soporten un planteamiento, una tesis.
Escribir un texto argumentativo no sólo es cuestión de pensar en la estructura
lingüística y discursiva, sino por el contrario también es imprescindible tener en
cuenta el asunto respecto del contenido y la contextualización para asegurar la
interpretación y garantizar lo propio de un texto argumentativo (Álvarez, 2004),
de tal manera que se logre el cometido: persuadir al lector de que los
planteamientos expuestos en el texto son válidos y acertados. Como puede verse,
lo fundamental en el texto argumentativo es la tesis y, por supuesto, los
argumentos, los cuales dan validez al contenido expuesto. Por tal razón, es
importante que el estudiante desarrolle procesos de pensamiento como: inductivo,
deductivo, abductivo y, si se quiere, relacional, pues hay diversas clases de
argumentos, entre ellos están: por autoridad, analogía, ejemplos, inducción,
deducción, causa-efecto, entre otros. Esta postura sobrepasa la idea de escribir un
texto argumentativo “como producto” a la de “escribirlo como proceso”, porque la
construcción de un escrito busca ante todo el equilibrio entre el manejo del código
y la competencia textual e intelectual que posee el autor a la hora de escribir. Es así
como la escritura del texto argumentativo, vista desde una lógica de la
composición, debe pasar por unos momentos para obtener un producto; sin
embargo, si detrás de ello no hay una intención o propósito bien definido, es
posible que la escritura argumentativa se quede sólo en una actividad sin norte y
sin significado para quien la realiza.

Ahora para complementar esta información observa el siguiente video: 






LECTURA INDIVIDUAL:

Realiza la lectura del siguiente documento y elabora un mapa conceptual incluyendo los tres capítulos:

Cassany, D. (1990). Describir al escribir. Editorial PAIDOS. España. Capítulos 1,2, y 3.

Ejemplo de mapa conceptual:




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